Hoy he decidido darme un homenaje a mí misma,
porque yo lo valgo, y por los nuevos tiempos que vendrán a partir de ahora…así
que he ido a un restaurante japonés que tenía fichado hace algún tiempo por la
buena pinta que tiene. Y es que resulta que nada más entrar, te recibe una
señora japonesa, de las de verdad, no china que se apunta a cocinar japonés
(como está pasando mucho en Barcelona). A la vista está que es un restaurante
modesto, sin grandes pretensiones, pero donde se puede comer bien, buenos
productos. No sé por qué pienso eso, nada más entrar, pero lo pienso. Será mi
instinto, o el vicio que tengo desde hace tanto tiempo de experimentar y
descubrir nuevos restaurantes.
En el Futami me sorprenden varias cosas. En
primer lugar, la composición del menú porque en lugar de darte una única opción
de mediodía con primero, segundo y postres a elegir entre dos opciones de cada,
te proponen un menú formado por:
Ensalada + sopa de miso + segundo a elegir +
postre + bebida
Dependiendo del segundo a elegir, el menú
tiene un precio u otro. Por ejemplo, yo que he pedido surtido de makis, he
pagado en total 14,50 euros, pero puedes pagar 12 euros o 24€, etc. A elegir la
bebida y, en este caso, como estaba de celebración personal, he pedido un copa
de cava…ya lo decía antes, porque yo lo valgo!!
Otra cosa que me ha sorprendido ha sido ver,
en la barra de sushi, que no teppanyaki, un cocinero occidental. Claro está,
que no he podido aguantarme y le he preguntado qué hacía un occidental en un
restaurante japonés de chef. Su respuesta, muy lógica, seguramente preparada
para los chafarderos, chismosos o simplemente curiosos que acuden al
restaurante. ¿Queréis saber su respuesta? En otro post….que no, que es broma!
El chico me cuenta que su mujer es japonesa y que unos amigos, japoneses,
habían decidido montar el Futami y, entonces, le habían propuesto participar en
el proyecto. Increíble ver cómo trabaja. Tal obras de arte saliendo de sus
manos…dedicación absoluta, perfeccionismo y amor por la cocina. Prepara sin
parar piezas de makis, sushi, california rolls, como si cada pieza fuera única.
Su compañero también, el japonés, pero no sorprende tanto.
Me pido el menú de mediodía con surtido de
sushi. Es básico para saber si un restaurante japonés es bueno, probar un
sashimi de atún. Pero una vez sentada en la barra y viendo cómo prepara unos
makis, cambio de opinión. Os preguntaréis ¿por qué? Imaginad un rulo de maki de
como 5 unidades. Encima le pone trozos de salmón, crudo, claro. Pues coge un
soplete y con la llama directa, calienta el salmón. Unos toques de salazón y
encima, hijos de cayena…mi aparato salivador empieza a producir…madre mía!! Sin
dudarlo, le pregunto, ¿eso qué es? Surtido de makis. Ya estoy yo llamando al
camarero para que me lo cambie.
Me traen la ensalada, fenomenal. Lechuguita
iceberg con pimiento y maíz, aliñado con una vinagreta. No alcanzo a saber de
qué es la vinagreta, pero es un sabor muy familiar, tostado, fuerte, aromático, particular. Y no
es soja. Ya lo preguntaré la próxima vez.
En segundo lugar, me traen la sopa de miso.
Muy buena. Mi compañera, cuando se lo cuento, me pregunta si es de las de sobre o no. No soy
tan sibarita, pero sé que está buena. Me gusta mucho. Lo que no me gusta es la
cuchara de madera. Me dan especial manía los cubiertos de madera porque no
quedan igual de limpios que los de metal o de porcelana. Manías, lo sé.
Ahora sí, me traen el surtido de makis, que
previamente he visto, en primer plano, cómo me preparaban. Es una plataforma de
madera muy bonita, donde hay 11 makis: uno de atún rojo, tres de carne de
salmón asada, uno de carne de cangrejo y
6 de cangrejo, aguacate, pepino y salmón braseado (al soplete).
IN-CRE-I-BLE. Un sabor delicioso y una textura fina. El arroz no es nada pastoso,
en su punto perfecto de cocción. De hecho, el chico me explica que es su
secreto. Le acompaña la salsa de soja habitual y el jengibre blanco. Qué bueno,
del blanco, no del de bote de color rosa que ponen en todos sitios. Se lo
comento y me pone un nuevo platito con más. Es importante. Desde que estuve en
Japón, me gusta “limpiarme la boca” entre pieza y pieza de diferentes tipos
para poder apreciar mejor los sabores.
De postre, a elegir entre macedonia, helado o
dorayaki.
Un placer de lugar, este Futami. Volveré sin
duda. Creo que es el mejor sitio alrededor del trabajo donde comer por menos de
15 euros.
NOTA: interesante este “triángulo de las
bermudas” como yo le llamo, a este pequeño trozo de la calle Enrique Granados a
la altura de plaza Letamendi. Entre el Miu, el Futami (ambos japonenes), el
gourmando (no lo he probado), el Flamant (está bien, ya haré un post), el
Granados (en la esquina) y el de Bruch de la otra esquina…la oferta
gastronómica es más que destacable.
FUTAMI
C/ Enric Granados 10 – Barcelona
Tel. 935150312
http://www.futamibarcelona.com/
Vaig anar al principi quan van obrir i ens va agradar molt.
ResponderEliminarConec amics que es queixen de que el servei és lent, però el dia que vam anar (vespre entre setmana), ho havia poc públic i tot va anar bé. I amb algun plat de molt bon record.
Salutacions,
Fui el viernes pasado y me encantó. El arroz de los makis está, efectivamente, en su punto de cocción. Como me habías dado envidia yo también pedí el cava, que es brut nature... nada mal para tratarse de un menú. Repetiré.
ResponderEliminar¿Al final descubriste qué era la vinagreta que le ponen a la ensalada? ¡Mi pareja y yo siempre que vamos lo hablamos y no llegamos a adivinar qué es!
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